La literatura como núcleo de Metaprosa

La literatura es un arte vivo que late, respira y trasciende. Es un eco del pasado que, si se lo permitimos, extiende sus tentáculos y se cuela en el presente y en el futuro, pero a veces, para eso, necesita un empujón.

Un libro late y respira cuando es leído, tocado, subrayado y cuando sirve el propósito para el que fue concebido: contar una historia.

Un libro trasciende cuando pasa de una estantería a otra, de una mano a otra, de unos receptores neuronales a otros, produciendo sensaciones y emociones, décadas después de ser impreso. Esa es la magia.

Y estarás pensando “interesante reflexión pero, ¿qué pinto yo en todo esto? ¿cuál es mi papel?”. Muy fácil. La respuesta la tienes en tu propia casa, en tus estanterías y en la generosidad de tu alma de lector.

Saramago dijo que hoy por hoy existen dos superpotencias, una es Estados Unidos (no se lo tengáis en cuenta, esta cita tiene años), y la otra eres TÚ. El hecho de ser y de existir cambia la realidad.

La cultura se comparte. Se crea en torno a una sociedad y en sí mismo crea sociedad a su alrededor y es con esta premisa en mente que te invitamos a que compartas tus libros, esos que llenan con orgullo tus estanterías, coloreando tus paredes.

Títulos que te hicieron estremecer en algún momento, que te acompañaron en salas de espera, o fueron testigo de apacibles tardes de verano. Letras que te sirvieron de refugio y de válvula de escape.

Es momento de devolverle al libro la vida que te dio, permitiéndole latir y respirar en otras manos, tan ávidas de historias como lo fueron las tuyas.

Los expatriados tenemos el corazón dividido. Amamos nuestro país y amamos igualmente el país que habitamos.